lunes, 10 de febrero de 2014

LA CASA DE LOS VETTIS:

La casa fue reformada en el siglo I d.C. y se organiza alrededor de un patio interior. Las pinturas de la entrada, de estilo sencillo, expresan votos de prosperidad.  En las mismas sobresale la figura de Príapo, Dios de la fertilidad, que apoya su enorme miembro en el platillo de una balanza al que hace contrapeso una bolsa de dinero.  A la derecha de la entrada se encuentra el larario: un templete con un fondo pintado con los Lares y el Genio del dueño de la casa mientras realiza un sacrificio a los dioses. Abajo está la serpiente Agathodémone. En el hogar de la cocina se encuentran la rejilla y las ollas. Aquí se encontró la estatua de Príapo, que pertenecería al jardín, donde había otras estatuas con surtidores de agua. La sala es famosa por los paneles pintados de “rojo pompeyano” y por el friso de los oficios y los juegos que realizan los amorcillos. Las paredes decoradas en el cuarto estilo con escenas mitológicas, transforman la sala de estar en una especie de pinacoteca que elevaba la imagen cultural del dueño.








VILLA DE LOS MISTERIOSOS:

Era una residencia lujosa y elegante, integrada en el paisaje y situada en los extramuros de la ciudad de Pompeya. Su excelente estado de conservación de sus pinturas mitológicas mantienien todavía unos vivísimos colores. Sobre un fondo rojo, varios personajes aparecen en actitudes diversas y enigmáticas. No sabemos muy bien el significado de las distintas escenas, pintadas todas ellas en el salón de la casa. Parecen ser los ritos de iniciación de las esposas a los misterios dionisíacos.



























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